Cuando hablamos de Brujas (os), de inmediato llegan hasta nuestra mente imágenes de mujeres con vestimentas oscuras y exóticas, la gran mayoría ancianas y feas, de narices y barbillas prominentes con berrugas en la punta.
Esas mismas que en los cuentos ofrecen manzanas envenenadas a las hermosas princesas o aquellas que atraen a los niños hasta sus casitas de dulce, y una vez allí los secuestran y comienzan a alimentarlos hasta engordarlos para luego comércelos.
También pensamos en esos personajes siniestros que hacen vuelos en escobas, para aterrorizar mortales, acompañadas de murcielagos y gatos negros.
Estas son las mismas que revuelven dentro de sus inmensos calderos las pociones humeantes, compuestas por patas de rana, ojos de cuervo y uñas de muerto, que alcanzan su principio activo bajo el conjuro del "Abra Cadabra"...
Todo esto llega a nuestra imaginación dentro del mejor y mas jocoso sentido alegórico del mal.
Sin embargo, no siempre ha sido tan divertido... la palabra bruja puede evocar a seres oscuros con pactos diabólicos, en cuyas reuniones llamadas aquelarres, conjuran energías negativas y altamente destructivas, donde no pueden faltar los pactos de sangre y hasta los sacrificios humanos.
Es de todos conocidos como en la antiguedad, la iglesia católica persiguió, torturó y mató alrrededor de Europa y América unos cientos de miles de personas acusadas de herejía y que probablemente, la gran mayoría, jamás tomó una vela en sus manos salvo para alumbrarse en la noche.
Aun en nuestros dias las personas consideradas "brujas", bien sea porque profesan una fe diferente, o porque tienen un estilo de vida distinto, son mal vistas y se les excluye de ciertos circulos sociales; y hasta dentro de sus propias comunidades y vecindarios son blanco de burlas y denuncias con las que las personas "buenas y honorables" que jamás "han roto un plato", y mucho menos han tenido un mal pensamiento, pretenden hacer sus vidas miserables.
Hasta en algunos diccionarios y páginas de Internet encontramos para la palabra Bruja definiciones peyorativas, que expresan un desconocimiento u ocultamiento de términos antiguos que probablemente a conveniencia de algunos grupos ha sido preferible cambiar o no mostrar.
Continuará...
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